CRIPTOMONEDAS

ESTABLES, RIESGOSAS Y DUDOSAS

 

Texto e imagenes: Project Syndicate

 

NUEVA YORK – Sin ningún valor intrínseco, sin ningún tipo de respaldo y con un precio que flota libremente, el Bitcoin es demasiado volátil como para resultar atractivo como medio de intercambio o reserva de valor. Esas deficiencias han permitido que surgieran otras criptomonedas que son convertibles a pedido y a un precio fijo en algo que supuestamente es más estable. Pero la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido se ha negado a llamarlas “monedas estables”, con el argumento de que su supuesta estabilidad es simple aspiración. Los responsables de las políticas en la Unión Europea y en Estados Unidos también tienen que considerar estas cuestiones en tanto redactan nuevas leyes para regular las criptomonedas.

Entre los diferentes tipos de criptomonedas que utilizan el apelativo de “moneda estable”, algunas están respaldadas por activos y otras intentan mantener su valor algorítmicamente. Pero el único tipo que merece ese calificativo es el dinero electrónico tokenizado en la cadena de bloques, respaldado completamente por activos financieros líquidos fuera de la cadena con valores estables.

Un ejemplo es Tether, la tercera mayor criptomoneda por capitalización de mercado. Según su website, “Todos los tokens Tether están vinculados 1 a 1 con una moneda fiduciaria correspondiente (por ejemplo, 1 USD₮ = 1 USD) y están respaldados 100% por las reservas de Tether”. Actualmente, alrededor del 86% de las reservas declaradas de Tether están en efectivo o en activos líquidos de corto plazo. Los tokens Tether se pueden usar como medio de intercambio o como garantía en finanzas descentralizadas (DeFi). Pero ha habido controversias respecto de si los tenedores tienen o no un derecho legal para convertir sus tokens uno a uno con el dólar, y si Tether está respaldada adecuadamente y podría soportar un retiro masivo.

La Ley de Información Financiera Responsable, propuesta por las senadoras estadounidenses Cynthia Lummis de Wyoming y Kirsten Gillibrand de Nueva York, podría ofrecer cierto alivio regulatorio. Se refiere a instrumentos como los tokens Tether como criptomonedas estables de pago, a los que se les exigiría que estuvieran 100% respaldadas por activos líquidos de alta calidad, que fueran reembolsables a la par y que estuvieran sujetas a divulgación pública de balance. Esta insistencia en la transparencia y el escrutinio supervisor promete beneficiar tanto a los consumidores como a Tether. Las criptomonedas estables de pago son como depósitos bancarios tokenizados. Sus emisores deberían tener acceso al instrumento de “prestador de último recurso” del banco central y a algo similar a un seguro de depósito.

Un segundo tipo de criptomoneda estable está respaldada por activos financieros o reales, posiblemente ilíquidos, fuera de la cadena, con valuaciones variables, que incluyen materias primas. Por ejemplo, una criptomoneda estable respaldada por oro podría ser convertible a una onza de oro. Esas monedas podrían ser atractivas para los tenedores de oro, porque son más portables que el oro y son divisibles y fácilmente transferibles. Como en el caso del oro físico, el valor en dólares de estos activos puede oscilar marcadamente, razón por la cual nos referimos a ellos como criptomonedas riesgosas (honestas). Un público informado debería poder elegir cuánto riesgo tolerar, pero los reguladores también deben poder garantizar que la afirmación de una entidad emisora sobre el respaldo de un token sea veraz.

Una tercera categoría está reservada para las criptomonedas estables que están respaldadas por otras criptomonedas. Un ejemplo es el token Dai de MakerDAO, que tiene una paridad con el dólar. El tenedor original de Dai comercializa activos basados en Ethereum. La garantía debe superar el valor del Dai, y se la bloquea hasta que se devuelvan los Dai. Si el valor de la garantía cae por debajo del valor del Dai (en su paridad con el dólar), el préstamo se cancela y se liquida la garantía.

El atractivo de las monedas respaldadas por otras criptomonedas es que el sobrecolateral (normalmente del 150%) ofrece una protección que hace que la moneda sea menos riesgosa que la criptomoneda colateral. Pero inclusive con grandes reservas de seguridad, estas monedas no son esencialmente diferentes del Bitcoin, porque están sobrecolateralizadas con activos que carecen de valor intrínseco. Se trata de criptomonedas riesgosas que pretenden ser criptomonedas estables, y las llamamos “criptomonedas dudosas”. Aquí, la tarea de los reguladores es convertirlas en monedas riesgosas honestas garantizando una total transparencia y prohibiendo cualquier paridad firme con una moneda fuera de la cadena.

Y hay otro tipo de “criptomoneda estable” que no está respaldada por nada. Por el contrario, depende de un algoritmo “acuñar y quemar” que ajusta la oferta de moneda para mantener una paridad entre la criptomoneda y el dólar. Nuevamente, como no hay ningún anclaje de valor externo, la paridad con el dólar es vulnerable a una corrida si muchos tenedores de las criptomonedas pierden confianza en ellas. Los riesgos por lo tanto deberían dejarse en claro en cualquier prospecto, mientras que la paridad se debería describir como una aspiración más que como una garantía (para que no entre en la categoría de criptomoneda dudosa).

Un programa reciente de criptomonedas estables híbridas se basaba en una combinación de respaldo con otra criptomoneda y un mecanismo algorítmico de “acuñar y quemar”. El protocolo de cadena de bloques y la plataforma de pago Terra mantuvieron una criptomoneda de flotación libre, Luna, y una criptomoneda estable, UST, con paridad a 1 dólar. Los usuarios podían intercambiar Luna por el valor de un dólar por una UST.

Cuando la UST subió por encima de un dólar y los usuarios cambiaron Luna por UST, la cantidad negociada de Luna se quemó y se acuñaron más UST. Pero cuando la UST cayó por debajo de un dólar, los usuarios cambiaron UST por Luna y la UST se quemó y se acuño Luna. Luna pasó de un precio pico de 116,39 dólares el 5 de abril de 2022 a casi cero el 12 de mayo de 2022. La UST valía un centavo el 19 de junio de 2022. Ahora es claro que la UST era un instrumento complejo y sumamente riesgoso que pretendía ser una criptomoneda estable. Cuando los reguladores permiten que se comercialicen con paridad criptomonedas riesgosas tan complejas e híbridas, eso las convierte efectivamente en criptomonedas dudosas.

Los desafíos regulatorios planteados por las criptomonedas y las DeFi son manejables, siempre que los responsables de las políticas se centren en las funciones económicas y en los riesgos de los tokens de dinero electrónico y otros cripto-activos. No deben dejarse engañar por los rótulos formales y legalistas y las instituciones que emiten estos instrumentos. La mayoría está detrás de un arbitraje regulatorio. Los responsables de las políticas no deben hacerles las cosas fáciles.

 

Willem H. Buiter es un asesor económico independiente.
Anne C. Sibert es profesora de Economía en Birkbeck, Universidad de Londres.

© Project Syndicate 1995–2022