Ahora seguimos con la «dieta» de la alcachofa, esta vez rellenas de pescado y mariscos, o sea marinas.

Ya sabéis que esta joya de la huerta invernal es una fuente de salud, muy poco aporte calórico, alto contenido en fibra, rica en potasio, magnesio, calcio y fósforo, vitaminas B1, A y C, muy completa.

Entre sus efectos: ayuda a regular el nivel de colesterol, favorece el metabolismo de las grasas, regula las funciones hepáticas y el tránsito intestinal y tiene efecto diurético.

Vivan las alcachofas! Después de esta encendida defensa, solo queda disfrutarlas.

Ingredientes

•    6 alcachofas

•    pan rallado

•    1 limón

•    1 cucharada de harina

Para el relleno

•    100 gr. de merluza

•    18 camarones (gambas) rojas

•    1 cebolla pequeña

•    Pimiento rojo

•    Pimiento verde

•    1 c/s de harina

•    2 c/s salsa de tomate

•    100 cc de crema de leche

•    3 c/s queso emmental rallado

•    Sal, pimienta

•    Aceite de Oliva Virgen

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Preparación: El relleno

Para el relleno hemos utilizado los restos de un pastel de pescado, pero también se puede preparaer para la ocasión con los ingredientes que figuran más arriba.

Limpiar y picar en brunoise la cebolla y los pimientos. En una sartén con aceite, pochar las verduras hasta que estén tiernas.

Cocer al gusto (plancha, vapor, hervida) la merluza. Limpiar de piel y espinas, desmigar y reservar.

Pelar las gambas, las cabezas y las cáscaras se guardan o congelan y se pueden utilizar para hacer un caldo o un concentrado. En una sartén con poco aceite saltear las colas ligeramente. Picar seis para el relleno y reservar el resto para acabar el plato.

Añadir a la sartén con las verduras pochadas una cucharada de harina, tostarla y añadir la crema de leche, remover y añadir la salsa de tomate, la merluza, las gambas, el queso emmental. Salpimentar y si la mezcla está muy espesa aligerar con un poco de crema de leche adicional. Retirar del fuego y dejar enfriar.

Obviamente se puede utilizar otro tipo de pescado, e incluso mezclarlos. Las alcachofas

Limpiar y pelar las alcachofas retirando una buena proporción de las hojas para evitar que queden partes duras, (recordar la regla: cuando creas que ya le has quitado bastante, quítale dos capas más), y cortarle la punta (aproximadamente una tercera parte). Con la ayuda de una cucharilla, vaciar el interior (incluyendo la pelusilla). Disponer de un bol con agua fría y el zumo de medio limón, sumergir en él las alcachofas. Esta es una de las técnicas que evita que se oxiden y se oscurezcan. Poner en el fuego una olla con abundante agua, añadir sal y una cucharada de harina, y llevar a ebullición. La harina en el agua de cocción es otro truco para evitar la oxidación. Hervir las alcachofas durante unos diez minutos aproximadamente. Retirarlas con una espumadera y colocarlas a escurrir, boca abajo, en un plato sobre papel de cocina.

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Cuando las alcachofas y el relleno hayan templado procedemos a rellenarlas. Con ayuda de una cucharilla, y con cuidado de que no se rompan, vamos llenándolas con la pasta de pescado y las colocamos en una fuente de hornear, previamente engrasada en su base con aceite de oliva. Espolvoreamos por encima un poco de pan rallado, y disponemos las gambas coronando la alcachofa.

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Precalentar el horno a 180º. Cubrir la bandeja con papel de aluminio y cocer en el horno aproximadamente unos 20-25 minutos. Listas para comer!

Una sugerencia de presentación: poner en el fondo del plato un par de cucharadas de salsa de tomate, extender, y colocar encima la ración deseada.

Si hacéis más, o sobran, son una opción de lujo para el tuperware. Los compañeros os harán la ola (y posiblemente os envidiarán).

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Fuente:

http://persucar-hipa.blogspot.com.es/2013/01/alcachofas-marinas.html